Yo nunca he sido una persona de muchas tradiciones, pero sí que hay una que sigo desde que era una niña. Todas las navidades, desde que era muy pequeña, en mi familia se montaba el árbol de Navidad todos juntos, y así lo sigo haciendo con mi hijo. Lo recuerdo con cariño, como un momento muy familiar y divertido. No importaba que el árbol quedara perfecto, ni siquera que quedara recto. Nunca había bolas suficientes y siempre había demasiadas. También había peleas por quién era el que colocaba la estrella en la copa del abeto y teorías sobre cuál era la mejor técnica: si primero las luces, que si las bolas, que si las guirnaldas... Cada vez que lo recuerdo, lo revivo con mucho cariño.
Es por eso que mis sesiones navideñas son diferentes, naturales, y os permitan revivir todos esos momentos. Unas sesiones para que cuando vuestros hijos sean mayores, puedan ver esas imágenes y revivir esos instantes tan mágicos.
Decide qué día vas a montar el árbol, contáctame y, ese día, iré a tu casa para capturar esos momentos tan entrañables.